Esta obra, Los Secretos Ocultos en La Última Cena de Leonardo da Vinci, es fruto de años de estudio, contemplación y revelaciones que no vinieron solo de libros, sino de almas que el Cielo colocó en mi camino. Entre ellas, deseo rendir homenaje a quien fue una luz poderosa en esta generación: Billy Phillips, de bendita memoria. Que desde los mundos superiores siga iluminando a quienes aún caminamos este sendero. Su pasión por revelar los misterios del Zóhar y su incansable entrega siguen resonando en cada palabra, en cada símbolo, en cada alma dispuesta a recibir. Asimismo, expreso mi más profunda gratitud a mi actual maestro, Michael Sarfati, cuya sabiduría, paciencia y claridad han sido una guía luminosa en mi proceso de transformación espiritual. A través de sus enseñanzas, muchas de las conexiones profundas aquí expuestas encontraron su cauce.
Pero esta revelación no solo vino de lo alto… también vino desde el alma joven e intuitiva de mi hijo Yosef, quien, con tan solo 12 años, me acompañó en la contemplación del cuadro de La Última Cena, y con mirada inocente pero visionaria, me ayudó a descubrir detalles esenciales que se convirtieron en puertas de investigación y expansión espiritual. A través de su pureza, el Cielo habló. Y a través de su compañía, esta obra tomó forma.








